La reforma energética

La reforma energética llegó y ya se han empezado a hacer los primeros balances. Hoy mismo, tres grandes empresas del sector como son Iberdrola, Gas natural y Endesa ya cifran en 1.375 millones el impacto en sus cuentas en los próximos 2 años.

El Ministro Cristóbal Montoro aprobó una reforma bajo de mi punto de vista incompleta y demasiado dura. Aprobando un mayor recorte y una mayor subida para el consumidor. La reforma era necesaria pero quizá no ha sido hecha de la mejor manera posible.

Más de 20.000 grupos industriales con tarifas de alta tensión sufrirán un incremento del 8 por ciento en los peajes del recibo, mientras que casi un millón de empresas serán penalizadas con incrementos de precios en la parte regulada que incluso se duplican en algunos tramos. Por otro lado, el Ministerio permitirá que las eléctricas trasladen al consumidor los impuestos locales y autonómicos que poco a poco han proliferado en toda España.

La intención del Ejecutivo es recaudar 900 millones con esta subida y pero para los grandes consumidores de luz la preocupación se centra en cómo va a aumentar la parte fija del recibo, que el Gobierno ha querido equiparar a la parte variable para penalizar a las segundas residencias y a las vacías.

Estas reformas parecen un parche más, seguramente el año que viene habrá que volver a gravar aún más la electricidad. No se aborda la raíz del problema y sólo son más cargas económicas. Estos incrementos en el precio  de la electricidad suponen otro intenso golpe para la competitividad de las industrias y no sólo para los grandes consumidores de electricidad sino también a las pymes que están haciendo grandes esfuerzos. La electricidad soporta ya un 25 por ciento de impuestos y más estas cargas económicas, que las pymes no van a soportar. Tal es así que el sector industrial ya ha advertido al Gobierno de cierres de centros productivos y de pérdidas de empleo.

Con estas medidas.”Se desincentiva la inversión en un sector, como es el de la distribución de electricidad, generador intensivo de empleo altamente cualificado y con obligaciones de servicio público”, subrayó el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. Palabras con las que estoy completamente de acuerdo y que me si es así, me perjudicarían a mi directamente.

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Por otra parte, el golpe para las renovables hace presagiar quiebras en cadena desinversores que no podrán atender el servicio de la deuda. El quid de la cuestiones la exposición de los bancos a este sector. Fuentes financieras aseguran que muchos de estos créditos están titulizados en el exterior, lo que derivaría en un problema económico internacional. Además, se ofrecerán incentivos para el cierre de plantas renovables que será voluntario y que tiene como fin lograr unos mayores ahorros del sistema.

El Gobierno también ha acabado con la única vía de salvación que tenían las renovables: el autoconsumo. El Gobierno gravará la generación eléctrica casera y obligará al pago por el uso de las redes como si de un consumidor tradicional se tratase. Cosa que me parece termina de apuntillar al sector de las renovables. También el nuevo decreto considera como “sanción muy grave” no comunicar la instalación de una placa solar y será sancionado con hasta 30 millones de euros.

Es de valorar que este Gobierno se haya atrevido a acabar con el déficit de tarifa, aunque varios sectores aseguran que se han equivocado en la manera puesto que no se ha atrevido a acabar con las partidas que realmente generan déficit. Una acusación que viene de un lado y de otro a modo de fuego cruzado. Yo ya se comente este tema en su día en otro post, estoy a favor de la eliminación de las primas pero a mi parecer no se ha calibrado bien la dureza de los ajustes y puede hacer caer a los sectores colindantes y producir un efecto dómino. Quiebras, cierres y pérdidas de empleo pueden ser la segunda parte de este duro ajuste. Por no mencionar el problema que se avecina con los bancos, que a su vez puede salpicar a economías internacionales si es verdad que muchos de los créditos cedidos a proyectos energéticos del país están titulizados en el exterior. Esto perjudica la imagen del país y se pierden la confianza de los inversores extranjeros.

Pero esta reforma también tiene aspectos positivos, los cambios han supuesto más competitividad y eficiencia, y ésta conlleva la necesidad de innovar. Este hecho es positivo para el propio sector y para el consumidor, que dispone de más alternativas. Para las empresas, el entorno económico seguirá presentando desafíos importantes y sólo conseguirán vencer aquellas que sepan responder mejor a las necesidades de los clientes. Ése es el futuro, y esperemos que podamos recuperar así la imagen y la confianza de los inversores.

Fuente: Revista Energía

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