El Decretazo

En medio de los escándalos de corrupción entre ellas la última de nuestro ex presidente del gobierno Felipe González (comento está entre otras por su relación con la energía) llego lo que cualquier propietario de una planta de energía renovable temía.

El pasado viernes el gobierno saco un nuevo Real Decreto en el que las centrales de generación de energías en régimen especial (biomasa, solar, eólica, hidráulica y cogeneración) tendrán dos opciones; la primera de ellas es pasarse a régimen de tarifa y la segunda es seguir en el mercado pero sin ningún tipo de primas, el real decreto es de carácter retroactivo desde el 1 de Enero.

Básicamente solo les deja una opción, el régimen de tarifa. La opción de seguir en el mercado, siendo las centrales con los costes más altos y sin el soporte de las primas se presenta misión imposible para la mayoría de ellas, siendo lo más probable la bancarrota, cierre y poca posibilidad de recuperar la inversión.

Para entender esto hay que situarse. Las primas es algo que es necesario hacer cuando se quiere impulsar una nueva tecnología, nadie se mueve a hacer algo si no le sale rentable económicamente esto es así, nos movemos por el dinero. Claro que la gestión de estas primas ha sido pésima, en menos de 4 años España se ha convertido en el país con más energía eólica del mundo y ha multiplicado por 10 los Kw producidos de biomasa, por 20 los de solar fotovoltaica y por 300 los de solar térmica. Además de multiplicar por 2 la capacidad de producción de los ciclos combinados.

Esto ha hecho que de un pico de demanda máximo de unos 44.000 Mw nosotros tengamos una capacidad de 100.000 Mw, es necesario un sobredimensionamiento, se dice que lo óptimo es un 10% más, pero más del doble es algo desorbitado, por eso somos el país con la energía más cara de toda Europa. No solo tenemos la más cara sino que el déficit de tarifa sigue creciendo es algo bastante desquiciante por que encima da la sensación de que debería ser mas cara.La culpa de esto no solo la tienen las renovables, todos tienen su parte de culpa.

Una vez llegados a este punto, el tema se hace complejo. Desde todos los puntos de vista se pueden sacar datos para sostener una postura. Bajo mi punto de vista, cualquiera que lea un poco el blog se dará cuenta que soy activista de las energías renovables pero como expuse en el post sostenibilidad energética, algo es sostenible cuando es económica, social y medioambientalmente viables. El continuar con las primas se hacía insostenible, no se puede seguir pagando una medida propulsora de una tecnología cuando somos los más avanzados en ella, esto había que estabilizarlo de alguna forma. ¿Esta era la forma? Es difícil saberlo.

Esta medida es completamente injusta para aquellas centrales que hayan hecho su plan de negocio con un régimen regulativo y de repente les cambie el marco. Pero las centrales que en menos de 2 años recuperaron la inversión y llevan otros dos cobrando unas primas desorbitadas tampoco me parece justo que sigan haciéndose de oro de esa manera.

En régimen de tarifa se cubrirán costes, el margen de beneficio será pequeño, se podrá recuperar la inversión a más largo plazo y serán centrales rentables. Ahora tienen que luchar por mejorar la tecnología, disminuir costes y pelear cada céntimo.

Han dejado de ser el negocio del siglo pero seguirán siendo negocio. Este decreto, bajo mi punto de vista y es completamente discutible ya que también trae consigo muchos efectos negativos (cierre de centrales, pérdidas de puestos de trabajo, inaviabilidad de multitud de proyectos etc.) ha evitado que las energías renovables se convirtieran en la segunda burbuja sino lo son ya.

Sostenibilidad del sistema energético

La palabra sostenible lleva consigo un equilibrio entre tres aspectos: ecológicos, económicos y sociales. Cuando estos tres aspectos están en equilibrio algo es sostenible.

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En la actualidad el sistema está claramente desequilibrado. El problema es como hacerlo sostenible sin perder de vista ninguno de los 3 aspectos. Todos son igualmente importantes pero quizás el social sea el que más nos influya a priori. La energía nos proporciona confort y nivel de vida pero lo que más nos atrae de la energía es la libertad que proporciona. Quién podía pensar hace unos años que existirían trenes de alta velocidad, aviones que te llevarían a cualquier lugar del mundo y que podrías coger tu coche para ir a donde quisieras como si estuvieras en tu propia casa. Si queremos continuar con esta libertad lo principal es garantizar la seguridad de abastecimiento.

Durante mucho tiempo la energía ha sido algo que nos ha facilitado la vida y el crecimiento económico, no nos hemos planteado si era cara o barata o si tenía algún problema medioambiental. Pero después de varias crisis del petróleo, desastres como Chernóbil o múltiples catástrofes petroleras, han propiciado que la energía pase a un primer plano tanto económico como político.

Aunque la seguridad y la calidad de nuestro abastecimiento energético sean sin duda preocupaciones legítimas, esta visión de la problemática de la energía está excesivamente centrada en nuestras necesidades a corto y medio plazo. Hemos de evitar el contemplar el problema de la energía desde una perspectiva local y cortoplacista. Un planteamiento profundo del problema es pensar que un tercio de la Humanidad carece hoy de suministro eléctrico y de cualquier otra forma avanzada de energía, tiene que contemplar la seguridad de abastecimiento para las generaciones futuras y tiene que ser consciente de las consecuencias del impacto medioambiental que la producción y el consumo de energía están ocasionando en el planeta que dejaremos a nuestros descendientes.

¿Es sostenible nuestro sistema actual? Un 80% de la demanda global actual de energía de las actividades humanas proviene de combustibles fósiles, como el petróleo (36%), el carbón (23%) o el gas natural (21%) La energía nuclear proporciona un 6%, las grandes centrales hidroeléctricas un 2%, las formas avanzadas de energías renovables, tales como solar, eólica, minihidráulica o biomasa otro 2%, mientras que la utilización tradicional de biomasa (forma la principal fuente de suministro energético de los 2.000 millones de habitantes menos desarrollados energéticamente) representa el 10% restante.

Los combustibles fósiles son la base del sistema energético actual. Estas fuentes son las de mayor poder calorífico, de ahí su valor energético. El problema es que son agotables. Solo se encuentran en algunos sitios, reparten la riqueza solo en unos pocos aunque todos nos beneficiamos de la comodidad y bienestar que producen. Pero su principal problema es que son altamente contaminantes. Los combustibles fósiles son los principales responsables del cambio climático.

El modelo energético de aumento del consumo de energía y de hidrocarburos que ha sido adoptado por los países más desarrollados nos está conduciendo a un callejón sin salida. Pero éste es también el modelo al que aspiran los países pobres para su desarrollo, lo que agravaría el problema global de sostenibilidad.

Lo cierto es que ya se están haciendo cosas por solucionar este problema sobre todo en Europa como la nueva normativa europea y el mercado de emisiones, aunque no es suficiente. La reciente reunión de las Naciones Unidas para el cambio climático en Doha acabó de forma descafeinada ya que  se extendió el protocolo de Kyoto hasta 2020 pero los mayores países contaminantes no aceptaron el documento, correspondiendo el conjunto de los países adscritos solo el 15% de las emisiones mundiales.

Entonces, ¿ qué fuente de energía puede solucionar el problema? Algunos dirán la energía nuclear, lo cierto que esta si podría ser económicamente rentable pero tiene otros inconvenientes. El primero es ecológico, las centrales producen residuos peligrosos aunque con la tecnologías actuales este problema es leve comparado con la conciencia social y la inseguridad del ciudadano que lleva consigo esta energía. Pronto estará el post sobre esta fuente de energía.

Otros dirán con energía renovables. Estarán en lo cierto pero la realidad es que las energías renovables son irregulares, (dependen del viento y el sol), tienen problemas de conexión a las redes. La modificación de los sistemas de protecciones y control en las redes de media y baja tensión o la necesidad de disponer de capacidad de almacenamiento son otros inconvenientes por solucionar. Son incapaces de abastecer a día de hoy toda la demanda energética. Para que esto pueda producirse se necesitan grandes inversiones y avances tecnológicos, lo que haría que económicamente no fuese rentable a corto plazo. Pero sin duda es la principal alternativa para el futuro.

La solución real es la diversificación, como si de una cartera de inversión se tratara. Se pretende tener en cartera todas las fuentes de energía en su proporción correcta para poder garantizar el abastecimiento, teniendo claras a su vez las prioridades ambientales y así ir dando paso a fuentes de energía limpias en la medida que la economía del país se resienta lo menos posible, haciendo el tránsito hacia energías limpias lo más rápido y eficazmente posible, conforme las nuevas tecnologías lo vayan permitiendo. Así se irá haciendo realidad la tercera revolución industrial. El cambio costará esfuerzo pero es necesario y obligado.

Pero lo cierto es que el problema de la sostenibilidad es bastante más complicado. Es un problema de la sociedad actual. El derroche de luz es un símbolo de estatus social. Igual ocurre con el transporte privado, el aire acondicionado o el vivir en urbanizaciones. En cambio, el ahorro es un concepto negativo, asociado a penurias económicas y contrario a la sociedad de consumo.

Se deberían intentar romper esas asociaciones y crear otras, que permitan a los individuos una identificación cultural nueva, en la que tengan cabida los conceptos de solidaridad generacional y de respeto al medio ambiente, de forma que el concepto de calidad de vida esté cada vez más vinculado al consumo responsable y al respeto por el entorno.

Entonces el ahorro energético no solo no sería cosa de pobres y de sociedades atrasadas, sino todo lo contrario, sería el símbolo de modernidad y desarrollo, de la democracia y de los valores positivos de la sociedad.

Estos nuevos valores son condición necesaria, pero no suficiente, para un cambio de comportamiento social. Para que estos nuevos valores se conviertan en comportamientos, se requiere una política pública que comprenda tanto el facilitar alternativas viables (como un adecuado transporte público y potenciar el coche eléctrico), como el establecimiento de normas (como las de eficiencia energética) y señales económicas adecuadas (como las ecotasas), además de llevar a cabo una estrategia continuada de comunicación y de formación, pues algunos de estos cambios pueden requerir plazos generacionales.

Espero que el último post del año os haya gustado. Nos vemos en el 2013, mientras podéis seguir la actualidad en la página de noticias. Feliz año a todos.

¿El vehículo eléctrico, el futuro?

El sistema automovilístico es lo más grande que se ha creado en el siglo XX tanto técnica como industrialmente, se han fabricado 1000 millones de coches y en la actualidad hay en funcionamiento 650 millones.

El siglo XX ha sido el siglo del automóvil, se ha creado un estilo de vida como consecuencia de la libertad que proporciona el automóvil. El coche es un símbolo del individualismo. Empezamos usándolo solo para las carreras y ahora lo usamos para todo y es comúnmente aceptado. Se han construido ciudades dormitorio, centros comerciales, autopistas y gasolineras todo alrededor del coche.

coche antiguo

La economía necesita del automóvil, un coche necesita: 680kg de acero, 230kg de hierro, 90kg de plástico, 45kg de caucho, 45kg de aluminio y entre 8.000-23.000 kwh. Esto aporta muchos puestos de trabajo no solo en el sector industrial además están los taxis, mecánicos, alquiler, transporte público etc. en definitiva el automóvil produce una gran riqueza. Empresas como BMW con un superávit de 3200 millones de euros, Daimler 4600 y Wolkswagen con 6800 son ejemplos de las grandes empresas automovilísticas.

La fórmula 1 mueve en torno a los 12.500 millones de euros, en cada carrera se mueven unos 140 millones, el equipo Red Bull tiene un presupuesto de 350 millones y Fernando Alonso cobra 30 millones. La temporada que viene empieza la competición de Formula E, la formula 1 de los coches eléctricos cuyo principal objetivo en un principio será el desarrollo de los coches eléctricos.

Pero el automóvil en la actualidad tiene varios problemas uno es la dependencia del petróleo, ambos sectores van unidos (llegará el día que no se podrá satisfacer la demanda total de petróleo) y otro la contaminación.

El transporte emite el 20% de todos los gases de efecto invernadero del mundo. En USA los coches generan el 60% de todo su CO2. El 95% del transporte usa petróleo y el 50% del petróleo es para transporte.

Por este motivo se debe intentar buscar otras alternativas al motor de combustión. La alternativa más razonable es el cambio al coche eléctrico o a las pilas de combustible con las tecnologías del hidrogeno.

Estas tecnologías necesitan todavía muchos avances, por lo que una buena tecnología de transición sería la producción tanto industrial como local de biocombustibles ya que se aprovecha toda la infraestructura actual. Pero los biocombustibles tienen un inconveniente es que se requieren muchas hectáreas de caña de azúcar, trigo y maíz aprovechables para la alimentación, lo que priva de ese alimento a los más pobres. Una opción ideal en este tema seria aprovechar materiales de segunda generación como son los chopos y las melazas. De todas formas los biocombustibles no eliminan por completo las emisiones ya que suelen ir mezclados con otros combustibles.

Otra opción de transición es el coche híbrido, las ventajas que tienen los automóviles con motor híbrido son muchas, generan menos ruido que un térmico, tienen más elasticidad que un motor convencional, su respuesta es más inmediata, recuperan energía en deceleraciones, tienen mayor autonomía que un eléctrico simple, mayor suavidad y facilidad de uso, su recarga es más rápida que un eléctrico, su funcionamiento es mejor en recorridos cortos y su consumo es muy inferior. Además, en recorridos cortos no hace falta encender el motor eléctrico, y se evita que trabaje en frío. La instalación eléctrica es más potente y versátil; y resulta difícil que se quede sin batería por dejar algo encendido.

El Toyota Prius no enchufable consume 3,7 l/100km y emite 87 g/km de CO2, el enchufable 2,2 l/100km, 49 g/km de CO2 mientras que un coche de gasolina y otro diesel consumen y emiten aproximadamente 8,4 l/100km, 200 g/km de CO2 y 7 l/100km, 180 g/km de CO2 respectivamente, lo que es una diferencia considerable. Los motores de combustión interna tienen un rendimiento pésimo.

rendimiento coches

Aunque, un coche híbrido tiene mayor peso que un coche convencional (hay que sumar el motor eléctrico y las baterías). También tiene más complejidad y más posibilidad de desperfectos. Y por el momento, su precio también se considera como una desventaja, ya que es más caro que uno convencional pero esto irá cambiando conforme aumente la demanda.

Pero el paso final parece que serán los coches eléctricos, parece estar a la vuelta de la esquina. El coche eléctrico tiene un futuro  casi inmediato, aunque antes hay que resolver ciertos retos, como la disposición de buenas redes de suministro y recarga, el desarrollo de baterías con más autonomía o el perfeccionamiento de los motores eléctricos.

Además existen muchos intereses opuestos, algunas empresas como Toyota y Peugeot ya tienen coches eléctricos en el mercado, pero las grandes empresas alemanas por ejemplo, no han sacado todavía un modelo eléctrico. Parece que existen presiones de empresas petroleras, empresas del mundo del automóvil y algunos gobiernos para que este cambio no se produzca.

El desarrollo tecnológico de la batería de iones de litio (Li-Ion) será decisivo en los próximos años para el impulso del vehículo eléctrico. En el pasado se han abierto líneas de investigación, como en nanotecnología o nuevos materiales, que favorecerán el desarrollo de las mismas. En la actualidad la carga de las baterías dura entre 4-8 horas.

Algunas voces críticas con el coche eléctrico advierten que el mundo se va a quitar de encima la dependencia del petróleo para serlo ahora del litio. Hay que tener en cuenta que el 50% de las reservas de litio actuales se encuentran en las salmueras de Chile (Salar de Atacama), Bolivia (Salar de Uyuni) y Argentina (Salar del Hombre Muerto, Rincón y Olaroz). Este triángulo fronterizo ha pasado a ser conocido como el “triángulo del litio”. Sin embargo, esto no tiene por que ser así, gracias al reciclaje de los compuestos de litio de las baterías en desuso para fabricar otras nuevas.

El uso diario de estos vehículos en núcleos urbanos puede ser muy eficaz ya que los puntos de suministro en aparcamientos privados o públicos, así como otros posibles sistemas de recarga a través de cabinas telefónicas o parquímetros, podrían garantizar que los automóviles aparcados se recarguen por la noche para su uso durante el día. Esto facilitaría la operatividad del sistema ya que durante estas “horas valle” el consumo eléctrico es menor y no se producirían sobrecargas. De hecho, los coches eléctricos podrían así absorber los excesos de energía que durante esas horas obliga en ocasiones a desconectar molinos de viento porque sobra producción. Hay que tener en cuenta que España es líder en esta fuente de energía, pero es precisamente por la noche cuando más viento se produce y menos energía se consume, sin posibilidad de almacenar los excesos. De esta manera se fomentarían las energías renovables y se trabajaría por el medio ambiente ya que a día de hoy la energía total consumida por los vehículos proviene en el 98% de productos derivados del petróleo.

Sin embargo, la idea más innovadora es la que trata de integrar el uso de los coches eléctricos y su infraestructura con todo el sistema eléctrico en las llamadas “smart grid” o redes inteligentes. Esto supondría que en momentos de mucha demanda energética los usuarios pudieran incluso vender la energía acumulada en las baterías de sus coches aparcados a la red eléctrica.

El Renault Twizy ZE, es el coche eléctrico con mejores  prestaciones en la actualidad, aunque también hay muchos otros, ya se empieza a ver por las calles.Renault Twizy

El transporte y la movilidad sostenible serán de gran importancia a la hora de transformar nuestra economía en una más verde, tanto por sus características como sector productivo como por su carácter transversal pues contribuye en gran medida al desarrollo y competitividad de todos los demás sectores.

Las pilas de combustible y las tecnologías del hidrogeno las comentare en algún post más adelante. El próximo post será sobre el petróleo, por que pese a que parezca que no apoyo mucho este tipo de energía no es así. La era del petróleo ha significado el mayor avance de la historia de la humanidad.