¿El vehículo eléctrico, el futuro?

El sistema automovilístico es lo más grande que se ha creado en el siglo XX tanto técnica como industrialmente, se han fabricado 1000 millones de coches y en la actualidad hay en funcionamiento 650 millones.

El siglo XX ha sido el siglo del automóvil, se ha creado un estilo de vida como consecuencia de la libertad que proporciona el automóvil. El coche es un símbolo del individualismo. Empezamos usándolo solo para las carreras y ahora lo usamos para todo y es comúnmente aceptado. Se han construido ciudades dormitorio, centros comerciales, autopistas y gasolineras todo alrededor del coche.

coche antiguo

La economía necesita del automóvil, un coche necesita: 680kg de acero, 230kg de hierro, 90kg de plástico, 45kg de caucho, 45kg de aluminio y entre 8.000-23.000 kwh. Esto aporta muchos puestos de trabajo no solo en el sector industrial además están los taxis, mecánicos, alquiler, transporte público etc. en definitiva el automóvil produce una gran riqueza. Empresas como BMW con un superávit de 3200 millones de euros, Daimler 4600 y Wolkswagen con 6800 son ejemplos de las grandes empresas automovilísticas.

La fórmula 1 mueve en torno a los 12.500 millones de euros, en cada carrera se mueven unos 140 millones, el equipo Red Bull tiene un presupuesto de 350 millones y Fernando Alonso cobra 30 millones. La temporada que viene empieza la competición de Formula E, la formula 1 de los coches eléctricos cuyo principal objetivo en un principio será el desarrollo de los coches eléctricos.

Pero el automóvil en la actualidad tiene varios problemas uno es la dependencia del petróleo, ambos sectores van unidos (llegará el día que no se podrá satisfacer la demanda total de petróleo) y otro la contaminación.

El transporte emite el 20% de todos los gases de efecto invernadero del mundo. En USA los coches generan el 60% de todo su CO2. El 95% del transporte usa petróleo y el 50% del petróleo es para transporte.

Por este motivo se debe intentar buscar otras alternativas al motor de combustión. La alternativa más razonable es el cambio al coche eléctrico o a las pilas de combustible con las tecnologías del hidrogeno.

Estas tecnologías necesitan todavía muchos avances, por lo que una buena tecnología de transición sería la producción tanto industrial como local de biocombustibles ya que se aprovecha toda la infraestructura actual. Pero los biocombustibles tienen un inconveniente es que se requieren muchas hectáreas de caña de azúcar, trigo y maíz aprovechables para la alimentación, lo que priva de ese alimento a los más pobres. Una opción ideal en este tema seria aprovechar materiales de segunda generación como son los chopos y las melazas. De todas formas los biocombustibles no eliminan por completo las emisiones ya que suelen ir mezclados con otros combustibles.

Otra opción de transición es el coche híbrido, las ventajas que tienen los automóviles con motor híbrido son muchas, generan menos ruido que un térmico, tienen más elasticidad que un motor convencional, su respuesta es más inmediata, recuperan energía en deceleraciones, tienen mayor autonomía que un eléctrico simple, mayor suavidad y facilidad de uso, su recarga es más rápida que un eléctrico, su funcionamiento es mejor en recorridos cortos y su consumo es muy inferior. Además, en recorridos cortos no hace falta encender el motor eléctrico, y se evita que trabaje en frío. La instalación eléctrica es más potente y versátil; y resulta difícil que se quede sin batería por dejar algo encendido.

El Toyota Prius no enchufable consume 3,7 l/100km y emite 87 g/km de CO2, el enchufable 2,2 l/100km, 49 g/km de CO2 mientras que un coche de gasolina y otro diesel consumen y emiten aproximadamente 8,4 l/100km, 200 g/km de CO2 y 7 l/100km, 180 g/km de CO2 respectivamente, lo que es una diferencia considerable. Los motores de combustión interna tienen un rendimiento pésimo.

rendimiento coches

Aunque, un coche híbrido tiene mayor peso que un coche convencional (hay que sumar el motor eléctrico y las baterías). También tiene más complejidad y más posibilidad de desperfectos. Y por el momento, su precio también se considera como una desventaja, ya que es más caro que uno convencional pero esto irá cambiando conforme aumente la demanda.

Pero el paso final parece que serán los coches eléctricos, parece estar a la vuelta de la esquina. El coche eléctrico tiene un futuro  casi inmediato, aunque antes hay que resolver ciertos retos, como la disposición de buenas redes de suministro y recarga, el desarrollo de baterías con más autonomía o el perfeccionamiento de los motores eléctricos.

Además existen muchos intereses opuestos, algunas empresas como Toyota y Peugeot ya tienen coches eléctricos en el mercado, pero las grandes empresas alemanas por ejemplo, no han sacado todavía un modelo eléctrico. Parece que existen presiones de empresas petroleras, empresas del mundo del automóvil y algunos gobiernos para que este cambio no se produzca.

El desarrollo tecnológico de la batería de iones de litio (Li-Ion) será decisivo en los próximos años para el impulso del vehículo eléctrico. En el pasado se han abierto líneas de investigación, como en nanotecnología o nuevos materiales, que favorecerán el desarrollo de las mismas. En la actualidad la carga de las baterías dura entre 4-8 horas.

Algunas voces críticas con el coche eléctrico advierten que el mundo se va a quitar de encima la dependencia del petróleo para serlo ahora del litio. Hay que tener en cuenta que el 50% de las reservas de litio actuales se encuentran en las salmueras de Chile (Salar de Atacama), Bolivia (Salar de Uyuni) y Argentina (Salar del Hombre Muerto, Rincón y Olaroz). Este triángulo fronterizo ha pasado a ser conocido como el “triángulo del litio”. Sin embargo, esto no tiene por que ser así, gracias al reciclaje de los compuestos de litio de las baterías en desuso para fabricar otras nuevas.

El uso diario de estos vehículos en núcleos urbanos puede ser muy eficaz ya que los puntos de suministro en aparcamientos privados o públicos, así como otros posibles sistemas de recarga a través de cabinas telefónicas o parquímetros, podrían garantizar que los automóviles aparcados se recarguen por la noche para su uso durante el día. Esto facilitaría la operatividad del sistema ya que durante estas “horas valle” el consumo eléctrico es menor y no se producirían sobrecargas. De hecho, los coches eléctricos podrían así absorber los excesos de energía que durante esas horas obliga en ocasiones a desconectar molinos de viento porque sobra producción. Hay que tener en cuenta que España es líder en esta fuente de energía, pero es precisamente por la noche cuando más viento se produce y menos energía se consume, sin posibilidad de almacenar los excesos. De esta manera se fomentarían las energías renovables y se trabajaría por el medio ambiente ya que a día de hoy la energía total consumida por los vehículos proviene en el 98% de productos derivados del petróleo.

Sin embargo, la idea más innovadora es la que trata de integrar el uso de los coches eléctricos y su infraestructura con todo el sistema eléctrico en las llamadas “smart grid” o redes inteligentes. Esto supondría que en momentos de mucha demanda energética los usuarios pudieran incluso vender la energía acumulada en las baterías de sus coches aparcados a la red eléctrica.

El Renault Twizy ZE, es el coche eléctrico con mejores  prestaciones en la actualidad, aunque también hay muchos otros, ya se empieza a ver por las calles.Renault Twizy

El transporte y la movilidad sostenible serán de gran importancia a la hora de transformar nuestra economía en una más verde, tanto por sus características como sector productivo como por su carácter transversal pues contribuye en gran medida al desarrollo y competitividad de todos los demás sectores.

Las pilas de combustible y las tecnologías del hidrogeno las comentare en algún post más adelante. El próximo post será sobre el petróleo, por que pese a que parezca que no apoyo mucho este tipo de energía no es así. La era del petróleo ha significado el mayor avance de la historia de la humanidad.